Will Page, hombre de paja de la industria del streaming musical.

1. El 16 de marzo de 2023, Will Page (ex Economista Jefe de Spotify) hizo una presentación durante una sesión informativa sobre el mercado del streaming musical, organizada por la OMPI durante la 43ª sesión del SCCR. Su presentación formó parte de una mesa redonda sobre la distribución de los ingresos procedentes del streaming titulada: Remuneración equitativa: las posibles políticas y sus consecuencias inesperadas. Will Page no considera que la “remuneración equitativa” deba ser el eje central del debate. Simplemente, presupone que ése es el tema que quieren abordar los Estados miembros de la OMPI.

2. De entrada, la expresión “remuneración equitativa” en el marco de las conversaciones que están discurriendo actualmente en el SCCR se presta a confusión. Hace décadas que se viene empleando esta expresión en referencia al mecanismo establecido por el art. 12 de la Convención de Roma y el art. 15 del Tratado WPPT. Lo que Will Page designa como remuneración equitativa sería más bien un derecho a remuneración irrenunciable gestionado colectivamente, lo cual no equivale necesariamente a la remuneración equitativa de la Convención o el Tratado. En particular, lo que el señor Page considera el modelo español consiste en un derecho a remuneración que perciben únicamente los artistas intérpretes o ejecutantes, mientras que la remuneración equitativa que se contempla en el art. 15 del Tratado WPPT debe repartirse entre éstos y los productores de fonogramas

Will Page parte de que el modelo de negocio actual es funcional, sin detenerse a cuestionar su legitimidad, equidad o pertinencia

3. A continuación, Will Page parte de que el modelo de negocio actual es funcional, sin detenerse a cuestionar su legitimidad, equidad o pertinencia. Según él, el problema es que “la comunidad artística está insatisfecha” y que los artistas “se quejan de que el sistema actual comporta desventajas institucionales insoslayables para los creadores”. Así pues, se trataría de un problema de insatisfacción, no de inequidad. Con esta insólita introducción, el señor Page hace caso omiso de que el motivo de que su público esté congregado allí es el proceso iniciado en 2015 por todos los países de Latinoamérica y el Caribe para poner remedio al injusto reparto del valor en la cadena creativa. Si hubiera prestado un mínimo de atención a los documentos disponibles en la página web de la reunión, se habría percatado de que desde la perspectiva de los Estados miembros de la OMPI, el problema es la inequidad y no meramente “una comunidad artística insatisfecha”.

4. Como economista de prestigio (según la descripción que él mismo ofrece en su currículum de presentación), la asamblea esperaba que el señor Page realizase una aportación técnica y objetiva que ayudase a los Estados miembros de la OMPI a encontrar el rumbo hacia una solución justa para corregir el desequilibrio que plantea el streaming. En cambio, nos encontramos con un representante de la industria empeñado en aleccionar a los responsables de la toma de decisiones sobre un tema que no figuraba en el orden del día.

5. Por desgracia, el señor Page tampoco es muy convincente en su área de especialidad. Dedica buena parte de su presentación a examinar un planteamiento según el cual los costes de la remuneración equitativa recaerían en los sellos discográficos, incluyendo una remuneración equitativa que se aplicaría a todas las modalidades de streaming (tanto de tipo “pull” como “push”), algo que nunca han pedido las organizaciones de artistas. Al mismo tiempo, no analiza a fondo el “modelo español” (al que podríamos referirnos también como “modelo de los derechos de alquiler de la UE”), que es precisamente la opción que ha recabado más apoyo entre las organizaciones de artistas intérpretes o ejecutantes.

6. Seguidamente, decide, de manera arbitraria, que si la remuneración equitativa se aplicase sólo al streaming de tipo “push”, debería fijarse una tasa del 22,5%, una decisión muy discutible:
– No hay ningún motivo para suponer que en ese caso debería aplicarse la tasa actual de la radio por suscripción en el Reino Unido.
– Cimentar una demostración en una única tasa hipotética del Reino Unido no es un enfoque muy científico, sobre todo cuando se trata de una presentación en la OMPI para un grupo de países muy diverso.
– Aunque los sellos estuvieran sujetos a una obligación estatutaria de compartir sus ingresos “push” con los artistas al 50%, esto no implicaría una necesidad de revisar la licencia que pagan las plataformas de streaming en la actualidad por este servicio.

Como cabría esperar, Will Page no contempla en ningún punto de su análisis la posibilidad de que el modelo de negocio actual para el streaming musical pueda representar un pozo para los artistas

7. Algunas de las expresiones empleadas por el señor Page para describir el posible impacto de la remuneración equitativa para las empresas destilan subjetividad:

Ejemplo 1 (p.6): “Lo que para los artistas es un gozo dejaría a los sellos en un pozo” sugiere que, si gozasen de una remuneración equitativa, los artistas estarían perjudicando a los sellos en beneficio propio (cabe señalar que, a diferencia de los que observamos en el ejemplo 2 de abajo, se da por seguro que los artistas van a obtener un gozo mientras los sellos van a caer en un pozo). Estas palabras tiznan tanto a los artistas como al mecanismo de remuneración equitativa de una connotación negativa. Como cabría esperar, Will Page no contempla en ningún punto de su análisis la posibilidad de que el modelo de negocio actual para el streaming musical pueda representar un pozo para los artistas.

En términos porcentuales, no se puede incrementar la cuota del artista sin reducir la de otro(s) participante(s), pero podría interpretarse como un precio justo para corregir un desequilibrio flagrante.

En cuanto al valor, el mercado de la música en línea sigue creciendo en la mayoría de los países, si bien el precio de suscripción ha permanecido inmutable desde los orígenes del streaming. No obstante, el número de creadores, obras y grabaciones aumenta rápidamente, mientras que el número de plataformas de streaming y de grandes sellos se mantiene estable. Por consiguiente, mientras los ingresos de la industria y su valor bursátil siguen creciendo, las ganancias medias de los creadores no harán sino disminuir con el tiempo, en especial cuando el mercado acabe por saturarse. El señor Page reconoce el problema en su presentación (punto 6 p.12), pero se limita a señalar que la remuneración equitativa por sí sola no va a resolverlo. No osa sugerir siquiera que el modelo “barra libre” pueda resultar inadecuado. Tampoco parece perturbarle que las personas que deciden el tamaño del pastel quieran decidir también el tamaño de la ración de los artistas.

Ejemplo 2 (p.10): “Puede que la remuneración equitativa sirva de ayuda a los artistas hoy, pero sólo va a perjudicar a las cantidades que se inviertan en los artistas el día de mañana” sugiere que mientras que los artistas ni siquiera tienen claro si van a obtener beneficios a largo plazo de la remuneración equitativa, no cabe duda de que los sellos se verán obligados a reducir las cantidades que invierten en los artistas. Una aseveración tan temeraria debería estar cimentada en el volumen y la evolución de las cantidades que han invertido las discográficas en los artistas a lo largo de los años, en relación al número de artistas que figuran en sus catálogos (muchos artistas son sus propios inversores).

El señor Page ilustra su declaración mediante un gráfico que muestra una acusada reducción en los anticipos que cobran los artistas, proporcional al nivel de la remuneración equitativa. Lo que no muestra el gráfico es que los bloques que faltan acabarían directamente en manos de los artistas. Como vemos en la imagen que aparece a continuación, Will Page omite esta información en el gráfico porque opta por presentar la información desde la perspectiva de los productores.

Will Page's chart (amended)

8. Algunas de las cifras que maneja el señor Page en su demostración son variables, mientras que otras se han determinado de manera arbitraria. Por ejemplo:
– Nunca se cuestiona el hecho de que el precio de suscripción (USD9,99) no haya cambiado a lo largo de los últimos 15 años.
– El margen operativo de los sellos está congelado en un sacrosanto 15% por siempre jamás.
– La tasa de las licencias para “push” se ha fijado en un 22,5% sin ningún fundamento contundente.

9. En la página 12, el señor Page enumera las posibles consecuencias indeseables desde la óptica de las discográficas. Sin embargo, no presenta datos que sustenten el alcance y la realidad de estas consecuencias negativas. Pero, sobre todo, lo que falta en su “demostración” es un reconocimiento y aceptación de que hacen falta cambios para que el ámbito del streaming resulte más justo para los artistas intérpretes o ejecutantes. No es de extrañar que los sellos discográficos, que han cimentado su crecimiento y riqueza en un trato injusto para los artistas, se resistan al cambio. Parece que al señor Page le pasa lo mismo.

10. La presentación termina con una sabia conclusión: “Una lección que aprendí como economista del gobierno, y que me gustaría compartir aquí, es que debemos buscar políticas basadas en datos empíricos y evitar caer en la tentación de buscar datos empíricos en las políticas”. Tras escuchar al señor Page, nos quedamos con la nítida impresión de que su intervención había sido una excepción muy oportuna a su propia regla.

Fuente: https://www.fim-musicians.org/es/will-page-streaming-straw-man/