Compromiso por la Cultura
15 DE ABR. DE 2021 —
Estimados/as firmantes, a continuación transcribimos la respuesta a la carta enviada al Sr. Ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira, y la Sra. Directora Nacional de Cultura Mariana Wainstein
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Montevideo, 12 de abril de 2021
Srs. Grupo Promotor de Compromiso por la Cultura Presente.
Muy estimados:
Muchas gracias por la carta que tuvieron la amabilidad de enviarnos el 7 de abril pasado. Es muy alentador para nosotros que un amplio grupo de ciudadanos exprese su preocupación por el quehacer cultural, porque esa preocupación también es la nuestra. Nos alegra asimismo verificar que hay muchas coincidencias conceptuales entre lo que ustedes expresan y nuestra propia visión del sector. Todo eso nos refuerza en la convicción de que las políticas culturales deben ser un espacio de encuentro entre los uruguayos, donde sean posibles acumulaciones que vayan más allá de la natural rotación de partidos en el ejercicio del gobierno.
Junto con lo anterior, nos sorprende que en su texto no haya ninguna mención a lo que se ha venido haciendo desde el Estado. Nos desalienta constatar que esa carta podría haber sido escrita en un país donde hubiera un gobierno totalmente ajeno a la actividad cultural e indiferente a la suerte de los agentes culturales. Ese silencio nos duele porque significa invisibilizar un esfuerzo grande, que en parte ha sido hecho por las autoridades pero que, sobre todo, ha sido hecho por un número importante de funcionarios comprometidos con su tarea, y en última instancia por todos los uruguayos, que siguen financiando las políticas públicas con los impuestos que pagan en medio de grandes dificultades. Todo ese esfuerzo merece ser reconocido.
Los últimos doce o trece meses han sido un período de fortalecimiento de la institucionalidad cultural, procesado sobre la base de lo que ya existía. Un conjunto importante de cambios se concretaron en julio de 2020, cuando fue promulgada la ley 19.889, conocida popularmente como Ley de Urgente Consideración (LUC). Esa ley
incorpora un diseño global para la Dirección Nacional de Cultura, que pasa a estar integrada por cinco institutos permanentes: Letras, Música, Artes Visuales, Artes Escénicas y Cine. Por primera vez en la historia, todos esos institutos tienen base legal y funcionan como un entramado que puede sostener políticas de mediano y largo plazo. La LUC también introdujo una reforma del Consejo Nacional de Evaluación y Fomento de Proyectos Artístico Culturales (CONAEF), dándole mayor agilidad a su funcionamiento.
Otros cambios fueron introducidos por la última ley de presupuesto (Ley 19.924, promulgada el 18 de diciembre del año pasado). Esa norma aseguró los fondos para financiar a los cinco institutos, duplicando y en algún caso triplicando el total de recursos que habían sido destinados previamente a cada una de esas áreas. El artículo 369 excluyó del procedimiento de acumulación de sueldos a las dietas que se pagan por ejercer como jurado en fondos, premios y convocatorias, lo que puso fin a una situación que dificultó durante muchos años la conformación de tribunales. El artículo 370 flexibilizó los mecanismos de convocatoria de los premios nacionales de literatura. Esto ayudará a jerarquizar los premios y a poner fin al lastimoso fenómeno de categorías que una y otra vez eran declaradas desiertas. También nos permite atender un reclamo que viene desde 2005, cuando se canceló el llamado al Premio Nacional de Letras. Este año vamos a hacer dos llamados, para actualizar el premio y acompasarlo con el camino comercial de los libros.
Otro cambio que introdujo la Ley de Presupuesto figura en los artículos 367 y 368. Esos artículos generan nuevas condiciones para la gestión de los museos nacionales, a los que dota de mayores márgenes de libertad para generar y gestionar recursos. Recogiendo aspiraciones largamente expresadas por los responsables de esos museos, a partir de ahora cada uno de ellos podrá cobrar entradas a no residentes (incluyendo la posibilidad de tener precios diferenciales), asociarse de manera ágil a entidades públicas o privadas para desarrollar actividades (por ejemplo, la impresión y comercialización de catálogos) y alquilar parte de las instalaciones para realizar eventos que no afecten la buena conservación de los acervos. Todas estas prácticas son usuales en los países con mayor desarrollo museístico, y aseguran nuevas fuentes de recursos.
Las innovaciones no se reducen a estos cambios legales. La Dirección Nacional de Cultura, ahora apoyada sobre los cinco institutos creados por ley, introdujo un nuevo modelo de gestión que se organiza en cuatro áreas transversales: Técnica, Artística, Territorial y Economía Creativa (o Economía Naranja). Paralelamente, se trabajó duro para rescatar a los Fondos de Incentivo Cultural del caos administrativo y económico en el que se habían hundido. Hoy tenemos la alegría de decir que, luego de haber realizado investigaciones administrativas y haber tomado medidas que permitieron sanear la situación (incluyendo el pago de cuantiosas deudas), estamos a punto de abrir una nueva convocatoria. Esto pone fin a un bloqueo que se mantenía desde 2018, cuando la aplicación de este importante mecanismo fue dejada en suspenso por el gobierno de la época, dejando desamparados a proyectos, empresas y emprendedores culturales.
Como es natural, una parte importante de lo hecho apuntó a dar respuestas a los duros efectos de la pandemia sobre el sector cultural. En apenas siete días se creó el sitio Web “Cultura en casa”, que, con más de 140.000 ingresos durante 2020, se convirtió en un arma importante para mantener contacto con el público. Igualmente valioso fue el Fondo Solidario Ruben Melogno, que recaudó aportes públicos y privados por 10 millones de pesos. Ese fondo permitió, entre otras cosas, la compra de 11.700 entradas anticipadas; el financiamiento de 500 clases virtuales dictadas por artistas, técnicos y docentes; la campaña “butacas solidarias”, que compensó a pequeñas salas y compañías por 3,5 millones de pesos; y el llamado a concurso y posterior compra de tapabocas con motivos basados en obras que forman parte del acervo de los museos del MEC. Todo esto fue posible, entre otras cosas, porque se activó el casi desmantelado Sistema de Información Cultural, cuyos relevamientos fueron esenciales para identificar a los beneficiarios potenciales. En los próximos días vamos a lanzar una nueva campaña de recaudación de fondos para el FSC Rubén Melogno. Los invitamos a acompañarnos en este desafío.
En conjunto, durante 2020 la Dirección Nacional de Cultura volcó más de 100 millones de pesos al sector cultural. Eso incluyó, además de las medidas ya mencionadas, la rápida convocatoria a los Fondos Concursables (se benefició a 55 artistas), los Fondos de Estímulo a la Formación y la Creación Artística (110 beneficiarios), los Fondos Regionales (49 beneficiarios), el Fondo para el Desarrollo de Infraestructuras en el Interior (16 beneficiarios), el Fondo de Fomento ICAU (74 beneficiarios), los Premios Nacionales
de Artes Visuales, Ilustración, Música y Letras (72 artistas premiados en total), el llamado a concurso para la grabación de audiocuentos de Julio C. Da Rosa (10 ganadores) y el llamado a concurso de ilustraciones sobre “Poemas de la oficina” de Mario Benedetti (5 ganadores). Hasta donde hemos podido ver, varios de los firmantes de la carta pudieron beneficiarse de estos esfuerzos.
Además de movilizar recursos propios para dar respuestas a la situación de pandemia, buscamos sinergias con otros organismos. Se firmó un acuerdo con la Corporación Nacional para el Desarrollo que permitió una administración ágil y sin costos de los fondos destinados a apoyar a los artistas y agentes culturales; se obtuvieron exoneraciones de UTE y ANTEL para salas; se coordinaron acciones de protección social con el MTSS (subsidio bimensual para artistas y oficios conexos, tanto en 2020 como en 2021); se entregaron canastas a asociaciones de artistas, en coordinación con el MIDES. Se coordinó con OPP, BROU, ANDE, INEFOP, UdelaR, Uruguay XXI, varios gobiernos departamentales y los ministerios de Industria, Desarrollo Social y Relaciones Exteriores, para concretar acciones de distinta índole. Se organizó en forma virtual el Mercado de Industrias Creativas (MICUY), donde 60 compradores se encontraron con 125 oferentes.
La generación de respuestas a la situación de pandemia ha sido un aspecto central de nuestra agenda, pero hemos intentado que no la agotara. Por eso hemos hecho esfuerzos por abrir rumbos que puedan mantenerse cuando esta situación haya quedado atrás.
En el marco de la promoción de la economía naranja, se firmó un convenio con INEFOP para formar 500 iluminadores y 40 sonidistas certificados en todo el país, así como para apoyar la reconversión profesional de bailarines. También estamos trabajando en proyectos para capacitación de técnicos en audiovisual, y para una reconversión de técnicos de la industria musical y de artes escénicas, que permita una rápida inserción en producciones audiovisuales. Para ello estamos conversando con escuelas universitarias nacionales y con programas del BID.
Se creó el Departamento de Internacionalización de la Cultura Uruguaya, para optimizar la inserción internacional de los cinco institutos, apoyar ferias y festivales, y ocuparse de los envíos a las bienales de Venecia, donde Uruguay posee un pabellón que
hasta ahora no ha sido bien gestionado ni debidamente aprovechado. Vamos camino a crear una Fundación de Apoyo a la Internacionalización de la Cultura Uruguaya que esperamos redunde en beneficios para los artistas nacionales en todas las áreas.
Además de mantener el Fondo de Fomento del Cine, redoblamos la apuesta de finales del período anterior, estableciendo por cinco años un apoyo de 7 millones de dólares al cine y el audiovisual a través del Programa Uruguay Audiovisual (PUA). Por primera vez, el Instituto del Cine y el Audiovisual está construyendo una film commission que tome en cuenta a todo el territorio nacional, apoyando la creación de oficinas de locaciones en todo el país.
Este esfuerzo por dar respuestas a la coyuntura al mismo tiempo que se fortalecían nuevas políticas también fue realizado desde el SODRE, pese a las duras condiciones existentes. Durante el año 2020, el SODRE realizó 232 funciones de espectáculos (70% menos que en 2019) que totalizaron 47.242 espectadores (85% menos que el año anterior). Pese a esa brutal caída de actividades y de ingresos, todos sus funcionarios siguieron percibiendo sus remuneraciones. Queremos destacar muy especialmente el compromiso y responsabilidad de los diferentes elencos y equipos técnicos, que siguieron practicando, ensayando e incluso ejecutando obras, aunque tuvieran que hacerlo en el marco de protocolos muy exigentes (que incluían, por ejemplo, hisopados semanales aleatorios) o aun desde sus casas.
En medio de estas condiciones desafiantes, se instaló un nuevo Consejo Directivo del SODRE y se adoptó un nuevo modelo de gestión (Modelo The Cycle, desarrollado por Michael Kaiser). Por primera vez en la historia se desarrolló un plan estratégico quinquenal en cuya elaboración participaron todos las direcciones y agentes involucrados en su ejecución. Esta herramienta está accesible a toda la población, como eje fundamental de transparencia en la gestión.
Durante 2020 se generaron 60 nuevos contenidos virtuales (300% más que en 2019) y por primera vez se incursionó en la venta de contenidos por streaming. Frente a las dificultades de venta del Abono anual tradicional, se creó la Tarjeta de Regalo Sodre, que estimula la compra anticipada de espectáculos. Tras años de interrupción casi total, los conciertos del Sodre volvieron a emitirse por TNU (60 programas emitidos hasta la
fecha). Se mantuvieron las actividades de las escuelas (en forma presencial o virtual, según los diferentes momentos) y egresó la primera generación de Tango en la Escuela Nacional de Danza. El Auditorio Adela Reta fue el primer teatro de América Latina en reabrir sus puertas, y uno de los primeros del mundo (6 de agosto). Se dotó de nuevas autoridades, se reorganizó y se inauguró una nueva sede del Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra. Se concretó un profundo cambio en la comunicación institucional, que incluyó una reorganización interna y el desarrollo de una nueva imagen corporativa. Se creó la Dirección de Marketing y Desarrollo, y se aprobaron nuevos parámetros para la comercialización de salas y otros espacios, así como para la venta de espectáculos propios. Durante el segundo semestre, esta nueva Dirección generó ingresos por unos 220.000 dólares. Esto se suma a unos US$ 120.000 generados por el área comercial del BNS. Se creó una Dirección de Gestión Territorial, orientada a fortalecer el trabajo en el interior del país. Por primera vez en la historia del SODRE, se organizó un concurso internacional para seleccionar a un nuevo director de la Orquesta Sinfónica. También se concretó la renovación de la dirección artística del BNS, que quedará a cargo de María Ricetto y un nuevo equipo.
El SODRE hizo importantes esfuerzos de solidaridad con el sector cultural. Por ejemplo, cuando fue posible retomar los espectáculos, puso las salas Nelly Goitiño, Hugo Balzo y Vaz Ferreira a disposición de los artistas nacionales, cediéndoles el 100% de la recaudación. Esta acción benefició a 48 colectivos artísticos nacionales, lo que significó una renuncia de aproximadamente 800.000 pesos que se hubieran cobrado en el caso de aplicar las reglas usuales. El propósito es mantener este beneficio hasta que las condiciones de aforo se normalicen. También hizo un llamado abierto, en conjunto con la Dirección Nacional de Cultura, para la compra de funciones de Danza Contemporánea para el Festival de Verano, y otro para la compra de funciones de músicos uruguayos para el Festival de Otoño. Confeccionó en sus talleres tapabocas para los alumnos de los centros CECAP e indumentaria médica para Hospital Maciel, e hizo una donación de murales y disfraces a ser utilizados por los niños en la sala de espera del Hospital Pereira Rosell.
Un cambio especialmente importante ocurrió el 15 de marzo de este año, cuando el presidente de la República y el ministro de Educación y Cultura firmaron el Decreto
84/021, que crea un procedimiento para reconocer el carácter terciario no universitario de las carreras impartidas por todas las escuelas del SODRE. Con este decreto no solo estamos cumpliendo un compromiso incluido en el programa de gobierno, sino también reparando una injusticia histórica. Hasta ahora, unas escuelas que vienen funcionando desde hace décadas, y que han formado artistas de primer nivel, no podían emitir diplomas que tuvieran reconocimiento por parte del propio Estado. Esto era incongruente con la calidad de la formación impartida, pero además generaba graves perjuicios a sus egresados, por ejemplo, cuando intentaban proseguir sus estudios en el exterior. Hoy podemos decir que esa discriminación ha quedado atrás. En estos días se está preparando el Decreto que instalará a la Comisión Asesora que va a entender en el reconocimiento de esos títulos. Con el fin de ajustarse a las nuevas exigencias, la Orquesta Juvenil del Sodre se trasladó a una nueva y moderna sede en el Auditorio, al tiempo que se está proyectando la construcción de un nuevo piso en el local de la Escuela Nacional de Danza.
También en materia de docencia artística, cabe mencionar al Programa de Formación de Formadores, que evaluará, capacitará y reconocerá en todo el país a los docentes de danza y música que hoy enseñan sin ningún tipo de apoyo institucional. El SODRE está en proceso de instalar este servicio, en diálogo con los gobiernos departamentales.
No queremos que esta enumeración se haga demasiado larga, pero nos sentiríamos injustos si no mencionáramos, entre muchos otros, los esfuerzos realizados por la Biblioteca Nacional para mantenerse en contacto con sus usuarios. Entre el 1o de marzo y el 1o de diciembre de 2020, la cantidad de seguidores en Instagram subió un 238% y los de Twitter un 111%. La cantidad de visitas al sitio web pasó de 45.390 en marzo- diciembre de 2019 a 51.712 en igual período de 2020 (un crecimiento del 15%). La Biblioteca participó activamente en el Día del Patrimonio, en los homenajes a Mario Benedetti, Julio C. Da Rosa e Idea Vilariño y en la Comisión de la Colección Clásicos Uruguayos-Biblioteca Artigas. Firmó diversos convenios e incorporó el Archivo Lauro Ayestarán. Se diseñó el libro virtual Poemas recobrados, de Idea Vilariño y se coeditó Mundo Chico, de Julio C. Da Rosa, junto con Banda Oriental, entre otras acciones orientadas a dar apoyo a la industria editorial; se cumplieron numerosas tareas de digitalización y se organizó una exposición virtual con obras de su pinacoteca. Se renovó
el proyecto Anáforas con la Universidad de la República y se desarrollaron nuevas tareas de investigación. Se recibió en donación la biblioteca de Tomás de Mattos y se incorporó la colección Víctor Pérez Petit, adquirida por la Comisión de Patrimonio. El 8 de marzo de 2021 se difundieron los resultados de un programa de recuperación de mujeres de letras uruguayas que han caído en un olvido total o relativo. Se hicieron donaciones de libros a MIDES, ASSE y UTU, entre otros. En este momento se está trabajando, en el marco del Sistema Nacional de Bibliotecas, en un programa de digitalización de prensa publicada durante los siglos XIX y XX en todos los departamentos del país.
También sería injusto dejar de mencionar el trabajo de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, que consiguió organizar con éxito el Día del Patrimonio 2020, dedicado al Dr. Manuel Quintela. Logró hacerlo en condiciones de pandemia, sin interrumpir una tradición que lleva más de un cuarto de siglo y con la participación y apoyo de numerosas entidades: Academia Nacional de Medicina, Facultad de Medicina de UdelaR, Hospital de Clínicas, Sindicato Médico del Uruguay, etc. También se hicieron distintas declaratorias de monumentos históricos nacionales (edificio “El Indio”, Estadio Centenario, Escuela Sanguinetti, entre otras); se cumplieron obras de conservación y mantenimiento edilicio en distintas partes del país; se incorporaron nuevos instrumentos informáticos de gestión patrimonial; se realizaron inspecciones y se dio seguimiento a más de 30 expedientes vinculados a estudios de impacto arqueológico; se firmaron convenios y se realizaron tareas de asesoramiento a diferentes organismos públicos y organizaciones no gubernamentales; se restauraron diversas obras pictóricas, incluyendo trabajos de Petrona Viera y Joaquín Torres García, así como planos de la Estación Central Artigas de AFE y del Palacio Taranco; se realizaron compras de objetos con valor artístico o documental para incorporarlos al acervo del Estado, entre los que cabe destacar distintas cartas y documentos de Juan Manuel Blanes, un conjunto de dibujos de José Luis Zorrilla hechos a partir de las máscaras mortuorias de los llamados “’últimos charrúas”, y los archivos del pintor Miguel Pareja y del dramaturgo Andrés Castillo. La Comisión adquirió, asimismo, seis obras nuevas que formarán parte del Museo Nacional de Artes Visuales, pertenecientes a Manuel Rosé, César Pesce Castro y Carmelo de Arzadun.
Una acción aún en curso, de la que participa con especial protagonismo el SECAN, es el rescate de Radio Clarín. Este es un caso importante para nosotros, porque expresa
un nuevo paradigma de intervención pública. Una radio con más de 60 años de existencia y con fuerte arraigo cultural estaba amenazada de desaparición. Los permisarios de la onda habían decidido cerrarla. No bien conocida la información, desde el MEC se ofreció un convenio por tres meses, durante los cuales el Estado se haría cargo de los costos de funcionamiento. En ese período se haría un llamado a interesados, poniendo condiciones que aseguraran la continuidad del perfil y del arraigo de la emisora, al mismo tiempo que se estimulaban interacciones con otros actores culturales. La propuesta fue aceptada. El MEC hizo el llamado y constituyó un tribunal que evaluará las diferentes propuestas desde la perspectiva de la política pública. Luego presentará los resultados a los actuales permisarios y promoverá las conversaciones para que se llegue a un acuerdo entre privados. Cuando se concrete la transferencia, los nuevos permisarios resarcirán al MEC de todos los costos en los que haya incurrido durante el proceso. De este modo, una intervención pública asegura la continuidad de una tradición cultural que estaba amenazada y que no había encontrado soluciones en el mercado, sin generar ninguna carga adicional para los contribuyentes. Los resultados de este proceso se conocerán en breve.
Como dijimos al principio, nos hubiera gustado encontrar en la carta algún reconocimiento a estos esfuerzos. No por nosotros, sino por toda la gente que los hizo posibles. No haberlo encontrado nos desalienta, pero no debilita nuestra voluntad de diálogo. Porque somos demócratas militantes, quienes hoy estamos en la conducción de la política nacional de cultura creemos profundamente en el diálogo democrático. Porque también somos republicanos, creemos en el diálogo que se canaliza por los carriles institucionales, no en las convocatorias que parten de ignorarlos.
Cada uno de los cinco institutos creados en la Dirección Nacional de Cultura son ámbitos de diálogo abiertos a todos quienes se interesan en sus temáticas respectivas. Todos ellos están organizando actividades de amplia convocatoria. Por ejemplo, a quienes se interesan en temas referentes al desarrollo de las industrias creativas, los invitamos a participar del conjunto de conferencias que se realizarán entre el 26 y el 30 de abril. El día 27, en particular, tendrán la oportunidad de ver y escuchar a Felipe Buitrago, Ministro de Cultura de Colombia, que muy generosamente nos apoya y compartirá sus conocimientos sobre Economía Naranja. Durante 2021 nos vamos a dedicar a diseñar un
marco legal que ampare la actividad cultural en el país y que tenga como meta la reactivación del sector cultural y de la economía creativa.
También son ámbitos de diálogo el CONAEF; la Red de Directores de Cultura, que pertenece al Congreso de Intendentes y se reúne semanalmente con la Dirección Nacional de Cultura; los Centros Culturales Nacionales que nos aprestamos a instalar en coordinación con los gobiernos departamentales; la Comisión Nacional de Artes Visuales, que estamos renovando; la Comisión Nacional para la UNESCO; la Comisión Interministerial del Tango y el Candombe; el Programa Urbano, que desarrollamos junto con el MIDES y ANEP. Y, desde luego, hay un ámbito de diálogo especialmente importante, que es el Parlamento de la República. Las Comisiones de Educación y Cultura de ambas cámaras son espacios privilegiados de representación ciudadana, a los que acudimos con la mejor de las voluntades cada vez que somos convocados.
Una vez más les agradecemos la carta enviada. Como le damos la importancia que merece, no hemos querido demorar la respuesta. Dado que no tenemos manera de comunicarnos con todos los firmantes, mucho les agradeceríamos que les hicieran llegar estas líneas
Aprovechamos la ocasión para saludarlos cordialmente,
Pablo da Silveira
Ministro de Educación y Cultura
Mariana Wainstein
Directora Nacional de Cultura
Fuente: https://www.change.org/p/compromiso-por-la-cultura/u/28880964?cs_tk=As-LS_UfQeqmRvOVfGAAAXicyyvNyQEABF8BvA2IYSK6nCOiwIT2jtPXdww%3D&utm_campaign=8edc124c3a6a4d74a93159620d422b22&utm_content=initial_v0_4_0&utm_medium=email&utm_source=petition_update&utm_term=cs